Continúa la pesadilla actual de Britney Spears: solicita una orden de alejamiento contra su exmánager

Aquí hay mucha tela que cortar, porque la pesadilla que está viviendo hoy en día Britney Spears deja en pañales la letra de su éxito Toxic. Y están relacionada con absolutamente toda la gente de su alrededor.

Hace un par de semanas, Britney Spears abandonaba la clínica en la que había entrado un mes antes para tratar su salud mental. Ante esto, nada que objetar, sobre todo teniendo en cuenta que una de las razones por las que entró fue la grave enfermedad de su padre.

Pero no se ha quedado ahí. Porque en el tiempo en el que estuvo internada, la familia de Britney Spears recibió numerosas amenazas de muerte e insultos porque sus fans pensaban que se trataba de un internamiento en contra de su voluntad.

Hasta crearon un hashtag, #FreeBritney ("Liberad a Britney"), para hacer presión a través de las redes sociales. Pues bien, resulta que Britney Spears y su entorno creen que el responsable de esta campaña difamatoria no es otro que Sam Lufti, exmánager de la artista entre 2007 y 2008.

La solución que ha encontrado la cantante de Baby One More Time ha sido la de solicitar el pasado martes una orden de alejamiento provisional en los juzgados de Los Ángeles que le ha sido concedida y por la que Lufti no podrá acercarse a menos de 200 metros de ella, sus hijos, su mdre y su novio, Sam Asghari, quien la recogió a la salida de la clínica.

"Si conectas los puntos, todo conduce a que Sam [Lufti] está detrás de todo esto. La gente ha estado enviando amenazas de muerte, y sospechan que son las mismas personas detrás de #FreeBritney", ha comentado un portavoz.

¿Y por qué ha hecho todo esto Lufti entonces? Hay que recordar que públicamente, justo después de la época dorada de la artista, Lynne Spears, su madre, acusó a Lufti de drogarla ( con Adderall en la comida) y de ser su peor influencia en su libro de 2008, A través de la tormenta: una historia real de fama y familia en un mundo de tabloides, uno de los cuatro que ha escrito sobre la celebridad de su hija.

"Sam está tratando de volver a la vida de Britney de nuevo. A su familia le preocupa que pueda tener un impacto peligroso en su salud mental", ha asegurado el portavoz.

Al parecer, Lufti se puso en contacto con Lynne Spears a través de mensajes de textos y llamadas y, según los documentos presentados a la corte de Los Ángeles a los que ha tenido acceso Page Six, ofreció dinero para reabrir el caso de la tutela y quedarse con la custodia de la cantante.

Lufti increpaba en dichas conversaciones a la madre de Britney Spears por no haber luchado lo suficiente por ser la tutora legal de la artista ni ser quien tuviera poder decisión en sus finanzas ni apoyarla en su salud mental. Además, según la documentación judicial, ha amenazado con sacar a la luz material delicado del pasado de la intérprete.

Por orden judicial, desde 2008 es el padre de Britney Spears quien gestiona su fortuna junto al abogado Andrew Wallet. Este último, para más inri, y según la web estadounidense The Blast, renunció a ser tutor legal el pasado mes de marzo.

Y ya, para acabar de rizar el rizo, y a pesar de la orden de alejamiento que ha interpuesto su hija, algo de su mensaje ha debido calar hondo en Lynne Spears porque ha solicitado formalmente ser notificada de toda decisión que tome el tutor legal de Britney.

Estas notificaciones tendrían que hacerse de manera judicial, evitando así el contacto con su exmarido (cortaron en 2002). El portavoz ha restado improtancia a esta cuestión: "Britney aún está asimilando los medicamentos que toma. Es una situación difícil para ella y Lynne está en Los Ángeles para ayudar".

Este viernes próximo será la vista legal, en un proceder sobre el seguimiento del estado de Britney Spears.